“Nosotras, como trabajadoras del hogar, siempre encontramos una manera de cuidar a nuestros clientes. Nuestros empleadores deben hacer lo mismo por nosotros. Merecemos tener leyes que protejan nuestra salud y seguridad en el trabajo. Somos inmigrantes. Somos trabajadoras del hogar. Somos seres humanos.”
Mi nombre es Erika Chavez y soy miembra de La colectiva de Mujeres. Soy madre de una hija. Yo soy de El Salvador. Llevo XNUMX años trabajando en limpieza de casas y como niñera.
Cuando llegué a Estados Unidos no conocía mis derechos como trabajadora del hogar ni como persona, entonces trabajé con una señora limpiando casas desde 9am ]hasta 10pm y solo me pagaban 100 dólares a la semana.
En ese momento, yo estaba muy contenta porque pensaba que me estaban pagando muy bien ya que eso me servía para mandarles dinero a mi mamá, papá, e hija. Sin embargo, si hubiera necesitado tomar tiempo por enfermedad o vacaciones no hubiera podido tomarlos. Además, este pago tan bajo por trabajar casi 60 horas a la semana tampoco me habría dado para costear la pérdida de salarios o gastos para emergencias.
Actualmente tengo 2 empleadores. Ser trabajadora del hogar es algo muy bonito pero a la misma vez nos sentimos con temor porque no tenemos las mismas protecciones de Cal/OSHA entonces es más probable que nos vamos a enfermar o lastimar en el trabajo.
Me gustaría que todas las trabajadoras del hogar, levanten sus voces y no se dejen abusar y explotar. La única forma es estar involucradas y protegidas por nuestras organizaciones. Gracias a Dios tenemos la organización La Colectiva de Mujeres que día a día nos dan entrenamiento y nos respaldan. Pero sé que hay miles de trabajadoras en la ciudad que están sufriendo las mismas condiciones que yo sufrí.
La creación de un sistema de protecciones garantiza que las trabajadoras del hogar tengan acceso a derechos de las que también gozan otros trabajadores. Un sistema como este nos ayuda a sentirnos más seguras en el lugar de trabajo porque reduce el riesgo de tener emergencias o accidentes en el trabajo, para que podamos seguir cuidando de nuestra salud o cuidando a nuestras familias.
Nosotras como trabajadoras del hogar siempre vemos la manera de cuidar a nuestros clientes. Nuestros empleadores deben hacer lo mismo por nosotras. Merecemos tener el derecho a la salud y seguridad. Somos inmigrantes. Somos trabajadoras domésticas. Somos seres humanos.