"Ahora estoy aquí como miembra de PAWIS para aprender más sobre mis derechos como trabajadora del hogar y compartir mi historia sin vergüenza, sin miedo, y con confianza."
En 2018, vine de Filipinas a los Estados Unidos y me casé con mi prometido. Viví con mi esposo en Los Ángeles, pero me divorcié después de abuso emocional y psicológico y vine a San José. Desde 2019, he estado trabajando como asistente de persona para agencias que me asignan tareas de cuidado 1-a-1 en hogares privados.
Una vez tuve una clienta y siempre la levantaba de su cama a su pequeña silla de ruedas, al baño a la silla de ducha y fue muy difícil. Ella pesaba 280 libras. Me dolía mucho la espalda y las caderas. La familia no conocía nada sobre los instrumentos de apoyo. Así que le pedí a la familia una grúa ortopédica, un cabestrillo, una silla de ruedas más grande y una faja de apoyo para mí, y ellos me lo consiguieron. Mis condiciones de salud y seguridad mejoraron inmensamente después de eso, y creo que todas las trabajadoras merecen tener estas protecciones.
Me siento muy bendecida de conocer a PAWIS. La organización me ayudó a recuperar mi dignidad y mi voz. Ahora, estoy aquí como miembra de PAWIS para aprender más sobre mis derechos como trabajadora del hogar y para compartir mi historia sin vergüenza, sin miedo y con confianza.
Me alegra saber que hay muchos individuos, amigos, aliados y otras trabajadoras que se unen a nosotras para luchar contra el abuso, la opresión, y la explotación.
